Pulgón

Los Pulgones son pequeños insectos de distintos colores (comúnmente amarillo, negro o verde) con un tamaño de 1 a 3 mm. 

Se encuentran en la parte de atrás de las hojas y en los tallos, formando grandes colonias de decenas (o cientos) de ellos. Desarrollan una relación simbiótica con otros insectos como hormigas o abejas. Los pulgones secretan una sustancia azucarada por el ano, parecida a una melaza, de la cual se alimentan las hormigas, que a su vez protegen a los pulgones de sus depredadores. Algo parecido sucede con las abejas, que incorporan esta melaza a la miel que producen.

Reproducción del pulgón

Los pulgones pueden necesitar una sola planta para completar su ciclo biológico, llamándose ciclo monoico, o puede que necesiten dos plantas distintas, siendo entonces de ciclo dioico.

Pueden también reproducirse mediante huevos, reproducción sexual, intervienen hembras y machos, que suelen ser más pequeños. O de manera asexual, partenogénesis.

A medida que avanzan las generaciones y dependiendo de los factores ambientales su reproducción se va dando de distintas formas en la descendencia, dándose así un enorme grado de polimorfismo. La metamorfosis que sufren las ninfas hasta llegar al estado adulto es mínima, por lo que larvas y adultos guardan un gran parecido excepto, su tamaño.

Su período de reproducción es corto, por lo que rápidamente pueden convertirse en un problema serio.

En exterior,los huevos pasan latentes todo el invierno hasta que se den las condiciones climáticas propicias para su eclosión.

En cultivos indoor se reproducirán ininterrumpidamente, lo que puede traer graves consecuencias si la plaga no se trata a tiempo.

Síntomas y daños del pulgón

Los pulgones se alimentan mediante un filamento bucal picador-chupador que taladra el tejido vegetal y succiona la savia de la planta. Por el hecho de alimentarse de ella, existe el riesgo de que le contagie algún virus o enfermedad.

Si los pulgones no rasgan el tejido de la planta para alimentarse, será muy difícil observar en ésta algún indicio de plaga, ya que no dejan marcas en las hojas como sí hacen otros insectos.

El primer síntoma será la presencia misma de pulgones en las plantas, también algunas hojas se amarillean, se arrugan y secan, así como también podrían aparecer deposiciones en forma de melaza que pueden atraer distintas enfermedades y hongos. Los pulgones prefieren los brotes tiernos de las plantas para alimentarse, los cuales pueden tener un aspecto pegajoso.

La presencia de hormigas es otro síntoma también de que hay pulgones en la planta porque se alimentan de la melaza secretada por el pulgón.

Es una plaga capaz de matar un cultivo por su facilidad de reproducción y desplazamiento, así como por la capacidad de transmitir virus y enfermedades que poseen.

Prefieren los climas cálidos y la sequedad ambiental, siendo la primavera-verano su época de reproducción natural.

El exceso de fertilizantes también puede aumentar el riesgo de que aparezcan pulgones.

Prevención y Control del Pulgón

Manten el jardín limpio, retira malesas o restos vegetales en descomposición.

Opta por la asociación beneficiosa de plantas, ortigas, caléndulas y menta.

Cerca las plantas sensibles al Pulgón, como los rosales, hortensias, tulipanes o las diversas variedades de cannabis.

Pulveriza regularmente insecticidas naturales como jabón potásico con aceite de neem,

Usa tierra de diatomeas, ya que esta siempre ayuda a mantener a raya posibles ataques de insectos o hongos.

Existen remedios naturales y biológicos como el caldo de ortigas o ajo, o insecticida casero a base de tabaco (la nicotina es un veneno potente).

Si la plaga se encuentra solamente en algún brote pequeño retira las partes afectadas y sigue con la prevención habitual para esta plaga.